jueves, 5 de febrero de 2009

Puedo ponerme cursi y decir... (J.S)

“Para unos ojos verdes cuya paradójica luz me anuncia el peligro

de adormecerme en ellos” (Ernesto a Chichina, 1951)

Hoy pensando en estas cosas del amor me acordé de esta frase que una vez leí del Che y a pesar de tener que terminar mi ensayo de teoría política y ponerme a estudiar para todos los exámenes que tengo que dar en las próximas dos semanas, no pude dejar de sentir cierto dolorcito y cosquilleo por lo que significa esa frase hoy para mí.

Y no les miento, me dio miedo… Pienso que si nunca me enamoré fue porque siempre me dio miedo sentir eso que sintió el che antes de salir a su viaje, ¿qué hubiera pasado si en vez de seguir su camino se hubiera adormecido en esos ojos verdes? ¿qué va a pasar si esta vez esas pestañotas que tanto quiero me hacen quedarme dormida extrañando tanto lo que tenía y no tengo? ¿qué va a pasar cuando mis escritos ya no sean tan buenos por mi falta de concentración? No me arrepiento de haber sentido, no me arrepiento de haber creído que esta vez si era posible tener todo, no me arrepiento de nada, simplemente me pongo a pensar otra vez en que quiero en este momento…

Fui capaz de dejar todo para estar acá y no dudé ni un poquito, no dejé que nada me impidiera que fuera feliz acá, sin embargo, esto que siento me está haciendo dudar… Dudo si volver a buscarte, o si miro adelante y sigo con lo nuevo que se presenta… Me da miedo no poder volver a sentir lo mismo y eso me paraliza y no me gusta. Tampoco estar todo el tiempo comparando antes y ahora, no me gusta extrañarte.

Pero no consigo acostumbrarme a lo nuevo, me está costando demasiado poder despertar, tus ojos me adormecen demasiado y no quiero, me quiero despertar, despegarme de los recuerdos que me atan así y no me dejan mover. Sé también que el tiempo lo cura todo, que tengo que estar feliz por lo que soy y por cómo he sobrellevado toda esta situación, siento cierto orgullo feminista por no haber hecho ninguna de las cosas ridículas y cursi que debería haber hecho.

Por eso quiero seguir y sí me quiero enamorar, ya no pienso solamente en ser una excelente profesional, también quiero tener con quien compartir estos logros, por eso te quiero a mi lado aunque no quieras… Y sino quiero olvidar y comenzar de nuevo como tantas veces.

El amor del che y chichina fue un amor verdadero aunque la historia ha demostrado que no fue el único amor de ambos, por eso sigo creyendo que no existe el único amor, sino que existen amores que en ciertos momentos son únicos, sigo creyendo y me lo demostraste que uno se enamora a primera vista o no se enamora, que puedes querer muchísimo a alguien pero no llegar a amarlo nunca y que basta un segundo para amar alguien… y ese instante único te acompañará como un recuerdo maravilloso toda tu vida.

Una amiga de chichina viajó a Cuba para llevarle una flor de su parte al che en su tumba. Esa flor está guardada entre muchos de los objetos que los visitantes dejan como tributos íntimos al guerrillero. Esta flor tiene la particularidad de alimentar otros amores jóvenes, vitales y profundos que esperan el momento para hacerse eternos. Esa flor y ese amor me inspiran hoy aunque siga un poquito triste por todo, quiero un amor eterno aunque más no haya durado una infinitésima parte del tiempo que me queda…

Estulticia está confundida ahora pero en el fondo sabe lo que quiere, sólo espera el momento para poder decirlo y que todo suceda y siga sucediendo en el desvarío. Espero no haberlos aburrido con tanto sentimentalismo, pero no sean grinch, no les creo que nunca se hayan sentido un poquito mal por sentir algo, no somos de piedra que le vamos a hacer.

Y como dice la canción de A. Filio “no importa que digan que está trillado hablar de amor que maldigan si no han probado la noche en sus brazos de sol”…

Ah perdón a todos, es que a veces la insensatez también me pone cursi… jejeje Nos vemos la próxima, no prometo volver pronto porque se vienen un par de semanitas complicadas, espero sobrevivir.

Otra vez, los saludo desde la montaña del ajusco, con esos besos anticapitalistas de los que ya saben.